Podría definirse como una instancia en la cual una persona toma una decisión acerca de una acción basándose en su propio juicio de valor.
Los valores que dan sentido ético a las acciones del día a día: libertad, justicia, responsabilidad, honestidad y respeto son un espejo en el cual mirarnos y mirar al mundo.
La libertad es un valor supremo al que podemos aproximarnos, pero requiere un esfuerzo de nuestro lado. Es una búsqueda personal irrenunciable a la que nos acercamos a través del pensamiento. Este ejercicio intelectual, pensar, buscar ideas originales, crear, imaginar, nos permite experimentar cierta sensación de libertad que vale la pena abordar.
Expresarnos de acuerdo a nuestras ideas, dudar de las ideas impuestas es casi una obligación. Si dejamos que otros piensen y decidan por nosotros sin siquiera dudar, estamos a un paso de volver a la esclavitud…
«Cogito ergo sum» / «Pienso, luego existo», la genial frase de Descartes nos interpela hoy más que nunca a dudar de todo, menos de reconocernos como sujetos pensantes.