Siempre quise escribir, desde que recuerdo y puede ser porque primero me reconozco como ávida lectora. Entre algunas novelas leídas, surge Marcel Proust y a él llegué por mi natural curiosidad.

Sus siete tomos de la colección En Busca del tiempo perdido son el resultado de un disparador: el aroma de una magdalena y la nostalgia que le produjo al autor el pasado. El impacto lo llevó precisamente a eso, recuperar recuerdos de un tiempo mágico de su infancia y adolescencia. Cualquiera hubiera dicho que terminar los siete tomos es casi una misión imposible, sin embargo para mí buscar ese momento en el texto fue irrenunciable, imprescindible.

Un antes y un después de mi admiración por al autor fue una descripción exquisita que hizo de la Iglesia de Combray. Por un momento cerré los ojos y estaba allí, profundamente conmovida por ese párrafo perfecto. Algún día tal vez cumpla el sueño de conocerla y recorrer esas calles, Why not?

Hay mucha distancia en los temas que pienso abordar en este espacio, pero el disparador es el mismo: la curiosidad que me lleva a leer todo tipo de material tanto por mi actividad profesional como por otros temas que despiertan mi interés.

Y… porque algún día tenía que animarme al fin, inicio mi Blog en mi cumpleaños como un regalo personal: escribir con la esperanza de recorrer un camino y encontrarme en el proceso con otros lectores de quienes nutrirme.

Un día será sobre publicidad, los desafíos que asumo actualmente desde mi profesión, la moda, la ecología, mi amor por los viajes, y los gatos y mis experiencias hacia un hábito de consumo responsable.

Bienvenidos!

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