En el camino hacia un consumo más responsable, recomiendo dos experiencias sumamente satisfactorias.

La primera, fue casi por casualidad y tiene que ver con algo tan simple como iniciar un diálogo entre vecinos y encontrar un win-to- win en ese intercambio. Así supe que Bel, entre otras cosas, prepara opciones dulces caseras: tortas, tartas, budines, muffins, etc… De repente se me ocurrió consultarle si se animaba a hacer pan. – «Claro que si»! fue su respuesta y en ese mismo momento le encargamos un riquísismo pan de avena, que volvemos a encargarle de tanto en tanto.

La otra experiencia, confirma que la publicidad en IG funciona. Sigo los posteos de productores que entregan bolsones de frutas y verduras libres de agrotóxicos: @elclickbolsones

Se encarga en unos simples clicks y se retiran una vez por semana de un punto cercano a tu casa. Las fotos ya dicen algo de la calidad, pero la diferencia de sabor es lo que cuenta! La sensación es volver a esos tiempos en los que el tomate tenía gusto a tomate, la manzana, la zanahoria, el zapallito: recuperar sabores originales y directo de los productores.

Podría extenderme en los beneficios para la salud de comer sano, pero prefiero la frase que lo resume: «Que la comida sea tu alimento y el alimento sea tu medicina» Hipócrates (Cos, c. 460 a. C.-Tesalia c. 370 a. C.), el médico más famoso de la Antigua Grecia, y considerado el padre de la Medicina.

Tuve la oportunidad de estar en Grecia y sentir allí que todo absolutamente todo, viene de antes y por alguna razón la necesidad de volver a las fuentes ya no es solo una tendencia, se torna fundamental para la supervivencia.

Quizás ir hacia ese giro vital empieza con animarse y re-aprender lo que siempre supimos…    .

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